Homenaje:
D. Antonio Álvarez de Juan ex delegado local del Centro Salesiano Don Bosco en Palencia.
"El Delegado vive de la virtud de la Fe". En primerísimo lugar, el Delegado es
un hombre de fe, y si es de una fe grande será un buen delegado, y si es de una
fe grandísima será un Delegado maravilloso. Ser Delegado significa trabajar
directamente sobre el terreno de la fe, sobre uno de sus aspectos más
profundos. "Me parece que la primera
reacción de un salesiano cuando se lo designa como Delegado(a) es: Señor,
cuánto te agradezco por haberme mandado a trabajar en este sector privilegiado
de la misión salesiana, sobre el terreno de los llamados del Espíritu, de estos
llamados que orientan espiritual y apostólicamente mi existencia
cristiana".